Si la ignorancia es una bendición, ¿por qué buscar la verdad? Porque la libertad permanente es mucho más valiosa que el confort temporal. La verdad te libera de la manipulación, los errores y la desilusión que inevitablemente trae consigo la ignorancia. Quieres saber y ninguna cantidad de gratificación externa puede satisfacer ese vacío interno ansioso de ser llenado con significado, propósito y comprensión.