No soy experta en biofísica ni mucho menos, pero alguien calificado en ese tema sugirió la idea de que un nanochip en la vacuna de gripe porcina podría interactuar con los metales pesados, como el mercurio y el aluminio -que también están en grandes cantidades en la vacuna– para convertir el cuerpo en una especie de receptor de ondas electromagnéticas.
Estas ondas electromagnéticas se pueden mandar a ciertas frecuencias, desde varios puntos (¿las instalaciones de HAARP?), activar los metales pesados en el cuerpo e influencias componentes bioquímicos y físicos para alterar las emociones.
En corto, las ondas electromagnéticas podrían ser mandadas por los controladores de la OMS/ONU para crear agresión, histeria o depresión masiva…
No sé qué pensar de esta teoría, pero una cosa es segura: no me voy a poner esa vacuna, aunque sea la de Baxter -supuestamente– sin mercurio ni adyuvantes.
Estoy 99.99 segura de que un nanochip entrará en los ingredientes de la inyección, y no tengo ganas de que me rastreen por el resto de mi vida.
Los fabricantes de RFID fueron los primerísimos en visitar los documentos en internet acerca de los cargos criminales en abril contra la Baxter, por contaminar los 72 kilos de material de vacuna antigripal con el virus de gripe aviar -vivo.
Me enteré del interés de los fabricante de RFID, junto con bancos y otros …por Detlev Hegeler de Wake News, que tiene la capacidad de descifrar las direcciones IP de la gente que visita los websites.
Pero muchas fuentes creíbles dicen que habrá algún tipo de nanochip en esta vacuna y de hecho, la OMS/ONU ha creado ya la infraestructura para la vigilancia electrónica via nanochip.
Jane Burgermeister
